El primer día del año es tan desos; como el Día del Trabajo —que en términos generales no se labora—. Hacemos tantos planes para iniciar cuando el planeta termine de dar la vuelta al sol, pero este día suele ser obsoleto desde su concepción. En lo que nos recuperamos del festejo, esperamos que el mundo despierte o mejor mañana.
No tiene nada de malo, todos somos víctimas de eso. En mayor o menor grado. En algunas cosas u otras. Pero nadie se salva.
Este 2023, para mí, va a ser como un Enorme Pan Dulce: na Conchita Premium de Chedraui para ser exactos. Un pan formado de 365 migajas de tantas formas y tamaños como salgan… a la inversa: este texto es la primera migaja. Así, para el 31 de diciembre de este año, tendré una deliciosa y exquisita Conchita Premium de Chedraui formada por textos: reflexiones estúpidas como ésta, cuentos dignos de competir o tal vez hasta termine mi libro para imprimirlo y venderlo hasta en el transporte público.
Lo importante es hacer: poquito, un chingo, sin ganas, super motivado, con una gran idea o sin inspiración, ¡pero hacer diario!
Amasar, hornear y colocar en la charola detrás de la vitrina mi gran Conchita Premium de Chedraui.
Por cierto, hoy salió las Edición #63 de mi boletín mensual, estrenando nueva plataforma.
